Patones de Arriba

Vista de Patones de Arriba

Patones de Arriba

Patones de Arriba está ubicado en las estribaciones de la Sierra del Ayllón y pertenece a los pueblos de la llamada arquitectura negra, típica de esta zona. Recibe esta denominación por utilizar como material constructivo la pizarra, muy abundante allí y que otorga a las casas colores oscuros dándoles un efecto muy peculiar.

Con apenas seiscientos habitantes en la actualidad, Patones de Arriba es uno de los pueblos con más encanto de Madrid y por ello un importante centro de turismo que ostenta la categoría de Bien de Interés Cultural. Si te apetece conocer esta localidad, te invitamos a seguirnos.

¿Qué ver y hacer en Patones de Arriba?

La localidad serrana se encuentra a sesenta kilómetros de Madrid, en la cuenca del río Jarama y a unos ochocientos metros de altitud. Aunque su tamaño es pequeño, tiene varios puntos de interés en su perímetro y en sus alrededores. De hecho, las propias casas de Patones de Arriba merecen tu visita por su peculiar aspecto oscuro y pizarroso. Todas ellas forman parte del Ecomuseo de la Pizarra al Aire Libre.

Iglesia de San José

Edificada en el siglo XVII, curiosamente no responde a los cánones de la arquitectura negra, sino que está hecha de piedra. La encontrarás a la entrada de la localidad y actualmente se destina a exposiciones y a actividades de promoción del turismo.

Vista de la iglesia de San José

Iglesia de San José

Ermita de la Virgen de la Oliva

En la Dehesa de La Oliva y a cuatro kilómetros de Patones, se halla esta pequeña construcción del siglo XII y de estilo románico-mudéjar. Está en ruinas. Solamente se conserva el ábside con forma de cuarto de esfera y el inicio de la nave central, que tiene estructura en bóveda de cañón. Además, en esta dehesa, tienes más que ver.

La cueva del Reguerillo

Es la cavidad subterránea más grande de toda la Comunidad de Madrid. Cuenta con tres pisos de los cuales los inferiores son más largos. Destacan en la cueva lugares como el Laberinto o la Gran Vía. Asimismo, en ella se han encontrado pinturas rupestres. Pero, actualmente, no puedes visitarla. Está cerrada debido al deterioro provocado por el vandalismo. También se encuentra en la Dehesa de la Oliva, al igual que nuestros siguientes puntos de interés.

Yacimiento arqueológico del castro Dehesa de la Oliva

Aunque su origen fue prerromano, con la llegada de estos conquistadores vio mejoradas sus calles y equipamientos. Posteriormente fue necrópolis y, actualmente, está siendo excavado.

Pontón de la Oliva

Es una presa construida en 1857 y actualmente en desuso. Controlaba las aguas del río Lozoya y formaba parte del Canal de Isabel II, que proporcionaba agua a Madrid. Te impresionará por sus dimensiones, con veintisiete metros de altura y setenta y dos de longitud. En cuanto a su grosor, es de treinta y dos metros en la base y casi siete en la cima. Todo ello la convirtió en una obra pionera en su época.

Vista del Ponton de la Oliva

Pontón de la Oliva

Actividades en Patones y sus alrededores

El entorno de Patones de Arriba está lleno de cañadas y caminos que te permitirán realizar estupendas rutas de senderismo. En este sentido, puedes acercarte hasta las Cárvadas, unas formaciones geológicas caprichosas que parecen de otro planeta.

También puedes practicar escalada en la zona y, al marcharte, toma el trayecto que va hasta el embalse de El Atazar. En el recorrido hallarás miradores con unas vistas impresionantes.

Una curiosidad de Patones

Una localidad tan pequeña también tiene su leyenda. Se trata de la del Rey de los Patones, que fue recogida incluso por viajeros tan ilustres como Antonio Ponz en el siglo XVIII. Al parecer, era un monarca de pastores cuyo reino tenía una antigüedad de siglos y que era obedecido por miles de campesinos y de cuidadores de animales. La historia de tan curiosa monarquía termino cuando un rey de verdad, Carlos III, nombró un alcalde del municipio.

Vista del pueblo de Patones

Casas de Patones de Arriba

Qué comer en Patones de Arriba

El carácter turístico que ha adquirido la villa madrileña hace que cuente con una buena oferta hostelera. Tienes restaurantes con una carta variada, pero también te ofrecen platos típicos de la zona.

Entre ellos, los embutidos de la sierra, las migas, la oreja a la plancha o la carne adobada. De hecho, uno de los fuertes de la gastronomía de la zona son las carnes, tanto de ganadería propia como de caza. Se preparan sobre todo asadas en horno de leña y a la brasa.

Más curioso es el contundente plato del pastor, que lleva chuletas de cordero, migas y chorizo. Por otra parte, son muy buenas las setas de la zona, que puedes comer incluso con picadillo. No faltan igualmente los judiones ni las patatas secas, puré con pimentón dulce y aceite de freir torreznos. En cuanto a los postres, destacan los derivados de la miel, muy buena en la zona, y el queso de cabra. Pero también los hojaldres, los almendrados y las cuajadas.

Un plato de judiones de La Granja

Judiones de La Granja

El clima en Patones

Al encontrarse en plena sierra, Patones tiene unos inviernos fríos, con temperaturas que bajan de cero. Por su parte, los veranos son calurosos aunque no demasiado, casi siempre por debajo de treinta grados. No llueve mucho, pero el mes con mayor pluviosidad es octubre. Por todo ello, aunque cualquier época es buena para que visites Patones, las mejores son la primavera y el verano.

Cómo llegar a la localidad madrileña

El pueblo se halla, como te decíamos, a sesenta kilómetros de Madrid en dirección nordeste. Si vas a visitarlo en tu coche, debes tomar la Autovía del Norte (A-I) y abandonarla en el kilómetro cincuenta por la Nacional 320. Sigues por ella a Torrelaguna y, tras pasar esta localidad, coges la M-102 que te llevará a Patones de Abajo.

Es mejor que aparques en esta villa y sigas caminando, ya que el aparcamiento en el pueblo de arriba está limitado a los vecinos. No obstante, también puedes utilizar el transporte público. Hay dos líneas de autobús interurbano que te llevan a Patones con salida en la plaza de Castilla de Madrid. Son la L197 y la L197A.

En conclusión, Patones de Arriba es una de las mejores muestras de arquitectura negra, tiene unos alrededores privilegiados y una excelente gastronomía. ¿No te apetece visitarlo?


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